Mis Últimos Días

*Aconsejo estas canciones para acompañar la lectura,
La primera es un poco siniestra, pero refleja lo que
quiero expresar, la 2ª es de ECDL (Debajo de estas líneas)
y también encaja bastante bien.


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Supongamos que sospechas algo…

Te encuentras mal, tienes síntomas,

ha pasado el tiempo y continúas igual.

Algo te pasa y no lo sabes seguro,

imaginas, te lamentas, pero solo interiormente,

pues no comentas nada a nadie.

Cualquier cosa puede ser,

aunque crees saberlo ya,

pero nadie podría decirte con seguridad,

ni médicos ni Internet.

Lo que si sabes son las posibilidades,

podría ser terminal, podría ser temporal,

pero no lo sabes…

Entonces, con esa perspectiva…

¿Qué puedes pensar? ¿Qué es lo importante?

Si descubres la verdad, si cuentas lo que pasa…

¿Qué te dirían?

Seguramente: Todo saldrá bien,

estate tranquilo,  igual no es nada.

Palabras amables que no deseas escuchar,

por la falta de objetividad que no vas a desear.

El apoyo es muy valioso,

pero a veces uno debe enfrentarse solo…

A esa posibilidad, al posible destino final,

evitando el contagio de angustia y problemas.

Tarde o temprano llegará el momento de saberlo,

de asumir o respirar aliviado.

Pero mientras tengas esa incertidumbre

no será fácil olvidar y seguir sin más con tu vida.

Enormes plazos, largas esperas, muchas pruebas

que alimentan tu ansia e imaginación.

Largo tiempo esperando un resultado

que te indique que todo ha acabado.

Puedes ser optimista o simplemente realista,

pero sabes que los médicos no te darán una pista.

No sin estar seguros del diagnostico.

Ni el trabajo, ni los estudios,

ni tan siquiera esa persona especial que adoras

es tan importante ahora.

Es el momento de acordarse de la salud. ¬¬

No hay crisis, no hay peligro, tan solo tiempo

y una gran afición a la vida puramente hedonista,

en la cual, acabas siendo todo un artista.

Buscando solo felicidad, sin preocupación

por “cosas sin importancia” para ti en ese momento.

Viviendo al límite cada día, cada fin de semana,

aprovechando al máximo cada momento,

exprimiendo diversión sin moderación

y con escasa preocupación.

Pasando de obligaciones y lamentos,

pues pueden ser tus últimos momentos…

Puede parecer fácil enfrentarse al miedo,

revelar la verdad y hablar de lo que te pasa…

Pero hay que elegir:

Tener opciones e ignorancia

o buscar la verdad, ya sea dura o buena.

No es cuestión de elegir la manera cómoda,

sino de estar preparado.

Las circunstancias influyen, aunque sean ajenas a ti.

Pierdes el rumbo y tratas de ordenar tu vida

partiendo de la nada y el caos.

Intentando volver a valorar lo que antes tenías

y lo que no tienes, porque no te pertenece,

pero es lo más valioso:

Las personas que se cruzaron en tu vida

y muchas veces te evitaron la caída.

Al final puede ser solo un susto,

un gran problema interior que altera tu percepción

Pero eso no resta lo que has vivido,

lo que has sufrido y lo que soportaste en silencio

para no inundar a tus seres queridos con “posibles problemas”

Una experiencia brutal en tu existencia,

que puso a prueba tu resistencia,

Valorar y recordar

que todo pudo acabar mal,

que pequeños y grandes problemas

tan solo son obstáculos.

Muchos sin solución,

otros pidiendo tu atención.

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Dedicado a alguien que

por desgracia pasó una mala temporada

en un agujero del que no sabía cómo salir.

A veces el miedo es demasiado poderoso,

y nos refugiamos en la ignorancia.

Pues mientras no estemos seguros

de la gravedad del problema hay esperanza,

pero al final hay que afrontar los problemas,

por grandes que sean,

tarde o temprano…